Los peluqueros se manifestaron el 24 de octubre al incumplir el gobierno una vez más sus promesas en cuanto a la restitución del Iva al 10%. Es su principal reivindicación desde que el IVA fuera fijado en el 21% en 2008. Con esta suman ya 400 concentraciones en distintas comunidades autónomas.
Desde el Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética (CONEPE) explican que se manifiestan porque no pueden ir a la huelga, ya que, en su inmensa mayoría, las peluquerías son negocios familiares que no pueden permitirse cerrar ni un solo día su local.
Cuidarse el pelo no es un lujo, como bien se demostró en la pandemia, cuando las peluquerías permanecieron abiertas, en condición de negocio esencial. Sin embargo, los clientes de las peluquerías han caído un 20% de agosto a septiembre.
Muchos peluqueros ganan menos que sus trabajadores, ya que no han podido recuperar las cifras prepandemia, tanto en ingresos como en servicios para eventos sociales como bodas, bautizos y comuniones. De los más de 1.200 autónomos y pequeños negocios encuestados, sólo el 18,8% ha recuperado la facturación previa a la pandemia. El incremento de los costes de energía, personal, productos esenciales para la actividad y las cotizaciones a la Seguridad Social, han mermado la productividad del sector en los últimos meses. Denuncian una situación insostenible.
Además, existe una bolsa de trabajo ilegal (peluqueros a domicilio y otros) con los que no se puede competir, al tener que afrontar los incrementos de costes, la inflación – situada en un 9% a finales de septiembre – y la recesión económica. Se les hace muy difícil salir adelante en estas circunstancias.
Miguel Morillon
Abogado del Iustre Colegio de Abogados de Madrid