Es Usted el director del Bufete Morillon Avocats, el primer despacho de abogados franco-español en España. Este año celebra Usted los 25 años de su firma, ¿Cómo fueron los inicios?
Cuando terminé la carrera de derecho, me di cuenta de que no había en España ningún despacho al que pudieran acudir los ciudadanos franceses residentes en España donde se sintieran cómodos. Tengo que decir que el 50% de mi familia es francesa, estudié en el Liceo Francés de Madrid y me había familiarizado con la cultura francesa. Cuando digo cómodos, me refiero a que, culturalmente, no siempre es tan fácil y fluida la conexión entre los franceses y la manera de hacer las cosas en España. Asi que decidí que iba a crear ese servicio para ellos, y abrí mi despacho.
¿Su despacho está orientado al público francés en España exclusivamente?
No, en absoluto, tenemos clientes 100% españoles también, pero es verdad que para el público francés o francófono, o los particulares y las empresas españolas que tienen negocios o asuntos con países francófonos, somos la mejor alternativa. Entre otras cosas, porque no solo es una cuestión de idioma, sino que conocemos la legislación francesa en todas las especialidades que trabajamos.
¿Qué balance puede hacer hoy?
Con especialidades como fiscalidad internacional, sucesiones internacionales, derecho de familia internacional y derecho penal, nos hemos especializado en la representación y defensa legal de clientes franceses y españoles en ambos países, y hemos establecido 18 oficinas, la mayoría en España, pero también en Francia y en Portugal.
¿Quiere decir que Morillon opera con oficinas fuera de España?
Si, nos hemos expandido más allá de nuestras fronteras, en concreto en Lisboa y Paris, pero nuestra esencia sigue siendo la misma. Una muestra de ello es la relación cercana que establecemos con nuestros clientes, quienes pueden contactarnos en cualquier momento y recibir atención personalizada.
¿Qué le ha resultado más difícil a lo largo de estos años?
Pues, indudablemente, reunir a un equipo humano que estuviera a la altura de lo que se necesitaba para el objetivo que me marqué. Afortunadamente, lo hemos logrado. Con antiguos compañeros del liceo, tanto españoles, franceses y franco-españoles, así como grandes profesionales conocidos a lo largo de estos años de ejercicio, he creado un equipo con fuertes vínculos a la cultura francesa y muchos conocimientos técnicos en ambos países. Ya somos más que un despacho, somos una familia de 80 profesionales, de los cuales 30 abogados y nos esforzamos por marcar la diferencia.
¿Cuál sería su filosofía de trabajo, o el lema que mueve su actividad?
Mi compromiso es brindar un servicio personalizado, eficiente y respetuoso en todo momento. Nos enorgullecemos de ser el hombro en el que nuestros clientes pueden apoyarse en tiempos difíciles, guiándolos a través de laberintos legales como un faro en la tormenta. Consideramos prioritario el mostrarnos cercanos y accesibles, forjando relaciones de confianza y entendimiento con cada cliente. Siempre nos adaptamos a las necesidades de cada situación con rigor y ofrecemos resultados en tiempos récord.
Queremos poner nuestra experiencia consolidada y nuestro reconocimiento en España en materia de fiscalidad internacional, sucesiones internacionales y derecho de la familia en el ámbito internacional, al servicio de las necesidades legales de nuestros clientes.
¿Qué iniciativas complementarias ha desarrollado el bufete en todos estos años?
El despacho se ha especializado en el desarrollo de franquicias, siendo responsable de la implantación de la mayoría de las franquicias francesas que operan a día de hoy en España en diferentes sectores de actividad, como moda, óptica, estética y mobiliario/decoración.
Por otra parte, hemos desarrollado varias marcas comerciales de alcance jurídico que operan en áreas como el deporte, la fiscalidad, el derecho inmobiliario, el derecho de familia y la franquicia.
Del mismo modo, hemos mostrado nuestra implicación en el ámbito académico y jurídico colaborando en el Grado Conjunto en Derecho de la Universidad de la Sorbonne y la Universidad Complutense, compartiendo nuestra experiencia y enriqueciendo las vidas de futuros abogados.
Finalmente, uno de los aspectos más gratificantes de mi labor ha sido poder colaborar con organizaciones benéficas y apoyar a aquellos que más lo necesitan. Mi participación en proyectos de ayuda legal gratuita y mentoría a jóvenes abogados demuestra mi compromiso con el crecimiento y desarrollo de la comunidad jurídica.
¿Qué proyectos tiene a corto plazo de los que nos pueda hablar?
Tratamos de pasar la etapa de los 25 años brindando homenajes, a nuestra manera, a la comunidad que hemos servido durante estos años y que nos ha recompensado con su confianza.
Este año otorgaremos el primer premio EL FARO, a una personalidad clave de la comunidad francesa, en reconocimiento precisamente por esa labor de acercamiento y trabajo por la concordia y el entendimiento entre los ciudadanos franceses y su país de acogida, temporal o definitiva.
Estamos preparando también la publicación de una colección de entrevistas que llamamos “SERIE LIMITADA” que hemos ido haciendo, entre otras personalidades, a exalumnos ilustres del Liceo Frances, que, cada uno en su campo, ha desarrollado una labor insólita, destacada o admirable, convirtiéndose en ciudadanos casi ejemplares.
Y finalmente, vamos a crear algo que llamamos “MEMORIAS COMPARTIDAS”, para contar el inicio, la trayectoria y la proyección de instituciones, empresas o organismos vinculados a la comunidad francesa, para difundir su labor en España a lo largo de las últimas décadas.
Como ve, ¡no nos quedamos quietos!
Por lo que nos dice, el proyecto que inició hace 25 años es hoy en día una empresa de éxito. ¿Cuál es su secreto?
No hay ningún secreto y no pienso que seamos una empresa éxito, sino que tenemos la voluntad de hacer bien lo que nos encomiendan. Y para eso, escuchamos, comprendemos y empatizamos con cada cliente, logrando resultados con un enfoque humano.
Y nos inspiramos en las palabras de Antoine de Saint-Exupéry: «El verdadero sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas». Esta filosofía ha guiado nuestro enfoque único, que combina la defensa legal con el entendimiento cultural, y ha dejado un impacto duradero en la vida de innumerables personas.
Nuestro despacho se ha adaptado a las necesidades cambiantes de la comunidad francesa en España, encontrando soluciones innovadoras para los desafíos legales que enfrentan nuestros clientes, al abordar cada situación con una perspectiva única y fresca.
Morillon Avocats